Si
el gobierno hubiese decidido poner retenciones de 10 por ciento al maíz
y al trigo, el recuperó fiscal hubiese sido de 9840 millones de pesos
para el primer caso y de 6750 millones para el segundo, según un informe
de CEPA. La estimación se realizó considerando las exportaciones
concretadas de cada cultivo en 2017, como base. A su vez, el informe
remarca que se hubiese decidido mantener las retenciones de la soja en
30 por ciento para todo este año (en lugar de bajar a 24 por ciento
hacia diciembre), el recupero fiscal hubiese trepado a 11.500 millones
de pesos. El gobierno, sin embargo, decidió finalmente dejar las
retenciones sin cambios.
El Estado nacional, por lo tanto, se perdió en total de recuperar un
total de 28.100 millones de pesos para 2018, que el gobierno de Macri
había resignado apenas asumió. Este es un valor de referencia, dado que
para ello deberían mantenerse al mismo nivel las exportaciones que 2017,
algo que seguramente se reduzca dada la sequía de este año.
Ahora bien, si se hace el ejercicio de estimar cuánto se pierde de
recaudar el Estado por haber modificado el esquema de retenciones de
diciembre de 2015, ello arroja un total de 66.131 millones de pesos a
2018, aproximadamente (de nuevo con los datos de exportación de 2017 y
al dólar a 25 pesos).
Con el maíz se perdieron 19.675 millones de pesos en un año (tenia
alícuota a 20 por ciento). Con el trigo, si hubiesen seguido las
retenciones de 23 por ciento, hoy se estarían recaudando 15.531 millones
de pesos al año.
La reducción planeada desde 35 al 30 por ciento de la alícuota para
soja entre diciembre 2015 y diciembre 2017 implica, por año, un costo de
19.425 millones de pesos. Adicionalmente, reducir 0,5 puntos por mes a
la soja para el 2018 llegaría a significar 11.500 millones de pesos de
costo fiscal. Es decir si en 2018 se aplicaran las retenciones
originarias de 35 por ciento la recaudación de retenciones a la
exportación de soja sería de 30.925 millones de pesos.
El Gobierno evaluó a mediados del mes pasado restablecer una
retención de 10 por ciento para trigo y maíz y frenar la baja escalonada
de la retención a la soja debido a la necesidad de reducir el déficit,
tal como le exige el Fondo Monetario Internacional, pero sus compromisos
con el sector agroexportador se terminaron imponiendo.
Fuente:Pagina/12
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